Acogidos por Agustín, miembro de la Real Cofradía de Ntra. Sra. la Virgen de la Cabeza de Marmolejo (que ejerció como guía) salieron a las 6 de la mañana de la portada de La Cabrera, vieron amanecer en el camino y, tras los bautizos pertinentes en el Arroyo de los Santos, llegaron al Santuario a eso de las 12 de la mañana para participar en la Eucaristía del Peregrino oficiada por don Pedro, párroco de Adamuz y el padre Aniceto (sacerdote del Congo con el que este grupo participa activamente en diferentes proyectos)
La unión en el camino, la reflexión y la fe fueron los motores que impulsaron a los caminantes para alcanzar los objetivos que se plantearon durante la organización de esta peregrinación.
Y, al final, ELLA. Nuestra Virgen de la Cabeza que une y anima, que atrae hasta nuestro entorno y hasta nuestra sierra a buenas gentes venidas de todos lugares. Ella, que consigue que, salvando dificultades y olvidándonos de la sociedad acelerada a la que pertenecemos, nos encontremos en la tranquilidad que un amanecer nos aporta por los veredas de Sierra Morena y por los senderos de nuestra vida.
Contaron con el apoyo de Protección Civil de Marmolejo y terminaron el día con una comida de convivencia en la Hospedería del Santuario de donde partieron a sus respectivas ciudades (Adamuz, Córdoba, Villa del Río, Málaga y Marmolejo) con la alegría de haber vivido una experiencia única.